Obsesionados con el peso ideal

Obsesionados con el peso ideal

 

Cada vez es más común encontrar en la consulta personas que buscan a toda costa diferentes formas de perder peso o aumentarlo, según sea el caso, porque se sienten que su peso no es el ideal. Lo paradójico de esta situación, es que estas personas no se dan cuenta de la dinámica casi mortal en que se someten tras de la búsqueda de esa tan angustiante ficción de peso ideal.

Pero en realidad, ¿podemos decir que existe un peso ideal? La respuesta es no, el peso ideal no existe, es mucho más adecuado hablar de peso saludable. El peso saludable es un rango en el que nos podemos ir moviendo a lo largo de los años pues depende de muchos factores, como, por ejemplo, el momento vital en el que nos encontramos, no es lo mismo cuando fuimos adolescentes a una edad adulta. El peso saludable es el que tiene nuestro cuerpo cuando está sano y sigue una alimentación equilibrada. No es ni más alto ni más bajo, sobre todo no corresponde necesariamente a una figura más o menos delgada. Una persona puede estar sana pesando pocos kilos o no estarlo para nada.

¿Que influye cuando nos obsesionamos por tener el peso ideal? Quiero proponerles la siguiente idea, que evidentemente no es norma de fe, porque aquí estoy hablado de casos muy extremos. La época en que vivimos marca una forma de vida, lo vemos en las imágenes que se utilizan para publicitar los diferentes objetos del mercado. Es el caso de una gran mayoría de las empresas que ofrecen productos de vestir, de comer, de deporte, etc. En general, utilizan imágenes de cuerpos casi perfectos, en otros lo son, que se presenta como ideales a seguir y que se convierte en imperativos de vida de nuestra época. Estos ideales cumplen la función de imponer prohibiciones, no comas esto, haz lo otro, son órdenes que a la larga son contradictorias e imposibles de cumplir, porque el mercado jamás queda satisfecho y no cesa de imponer sus órdenes insensatas: ¡Debes hacer que lo imposible sea posible! Cuando la identificación a los imperativos es máxima el sujeto pierde la capacidad de orientar su existencia en el mundo real y termina enloqueciendo.

 

Erminio Oliviero
Psicoanalista, Asesor Nutricional y Entrenamiento físico.

La pareja puede ser lugar para el refugio y también para el sufrimiento.

La pareja puede ser lugar para el refugio y también para el sufrimiento
Les expongo el caso de una paciente quien viene a consulta por conflictos con su pareja. Le pondremos el nombre de María. María viene a consulta  porque discute con su pareja y éste le reprocha el hecho de que ella lo trata de dominar y usa palabras degradantes hasta el punto de humillarlo cuando está enfadada. María recuerda en la sesión que su madre hacía lo mismo con su padre cuando ellos discutían. María repite una escena familiar.
Podemos decir entonces, que malentendido que se presenta en el intento de diálogo, impacta de forma contundente en la armonía que pueda haber entre ambos. Cuando una pareja discute, detrás de esa discusión que parece interminable,  hay mucho más que ellos dos tratando de defender sus puntos de vista, existen voces no conscientes que se traen del repertorio familiar, dichos y voces que se repiten en la escena y generan conflicto.
Basta con que uno de los miembros de una pareja decida hacerse cargo del malestar y quiera indagar en las causas su sufrimiento. Para buscar una posible solución, consultar con un profesional le irá haciendo poco a poco tomar consciencia de lo que le pasa e ir cambiando de posición subjetiva en torno al conflicto.
Hace falta valentía y un deseo de querer solucionarlo para poner fin al padecimiento. La solución es singular y esto traerá como consecuencia que hayan cambios en la manera de relacionarse con la pareja o que se tome la decisión de ponerle fin a la relación. En cualquier caso, apostar por la vida es conectarnos con aquello que nos hace estar bien.
Irene Cardona
Psicoanalista, Psicólogo con especialidad en clínica y Psicopedagoga