Nadie te decepciona, excepto tú mismo

Nadie te decepciona, excepto tú mismo
 
¿Cuántas veces no te has enfadado o  has sentido rabia debido a comportamientos que otros ´supuestamente´ no debían haber tenido hacia tí?
 
Supongo que la respuesta a esta pregunta es: varias o muchas veces.
 
Pues deberías saber que no es culpa del otro, sino de tí mismo.
 
A menudo, pensamos que tal persona debía haber hecho esto o aquello, o haber dicho una cosa en lugar de otra, o reaccionado de forma distinta a según que situación. Sin embargo, esa persona está actuando de acuerdo, o en coherencia, con el/ella mismo/a. De modo, que si a tí te molesta ese comportamiento de esa persona en esa situación determinada, no es su culpa, sino tuya.
 
Y eso ocurre porque solemos poner en otros las formas de actuación propias, de modo, que cuando la persona reacciona a una situación siguiendo su propio ser, siendo ellos/as mismos/as, nosotros nos enfadamos porque no entendemos porque esa persona ha reaccionado así, porque nosotros esperamos que reaccione como nosotros lo haríamos. Y esto es así por las expectativas. Las expectativas que ponemos en el otro/as, a menudo hacen que nos sintamos frustrados. Sin embargo, el problema no es de nadie más que de nosotros mismo. Por ello, debemos ser conscientes y tener en cuenta que todas y cada una de las personas somos únicas y diferentes y cada uno/a tenemos una forma de reaccionar o actuar, de comportarnos genuina. En el momento en el que tú pones la expectativa de que tal persona hará tal cosa en tal situación, eres tú la que está creando esa situación, de forma que cuando esto no ocurre debido a que esa persona tiene otra forma de actuar, tú te sientes enfadado, frustrado, decepcionado, pero recuerda que no es culpa de nadie, sino de ti mismo y de las expectativas que tu has creado.
 
Poner altas expectativas en algo o alguien, puede conllevar alta frustración si la situación, lugar o persona no alcanzan esas expectativas. Por otra parte, lo positivo de esto es que, tener bajas expectativas, a menudo nos permite experimentar sensaciones o emociones mas agradables y positivas, ya que al tenerlas bajas, todo lo que viene para bien, nos sorprenderá el doble.
 
Por:
 
Rocio Galán-Megias



 

Versión en inglés (English Version)

No one makes you feel disappointed except yourself.


How many times did you feel angry due to behaviors that ‘supposed’ other people shouldn’t have had to you?

I guess the answer to this question is: several or many times.Well, you should know that it is not the other’s fault, but your own.

 We often think that this person should have done this or that, said one thing instead of another, or reacted differently depending on the situation. However, that person is acting in accordance, or in coherence, with him/herself. So, if that person’s behavior bothers you in that particular situation, it is not his fault, but yours.

And that happens because we usually put our own ways of acting in others, then, when the person reacts to a situation following their own criteria, we get angry or disappointed because we do not understand why that person has reacted like that, because we expect them to react as we would. And this happens due to expectations. The expectations that we place on other people make us feel frustrated frequently. However, the problem does not belong to anyone but ourselves. For this reason, we must be aware and take into account that everyone is unique and different, and every human has a genuine way of reacting, acting, or behaving. The moment when you set the expectation about how to behave or act in one situation,  is you who is creating that situation, then, when this does not happen because that person has another way of acting, you feel angry, frustrated, disappointed, but remember that it is not anyone’s fault, but yourself and the expectations you have created.

Placing high expectations on something or someone can lead to high frustration if the situation, place, or person does not meet those expectations. However, the positive thing about this is that having low expectations often allows us to experience more pleasant and positive sensations or emotions, which means that when we keep them low, whichever positive thing happens, will surprise us double.

By: Rocio Galan-Megias